Todos los niños llevan dentro el potencial de la grandeza.
El desarrollo saludable de la infancia requiere un sólido desarrollo académico, socioemocional y del talento personal.
Un desarrollo académico sólido debe ser demostrable a través de medidas objetivas.
En todos los ámbitos del desarrollo infantil, no todo lo que importa puede medirse objetivamente.
La diversidad enriquece nuestra experiencia y nos prepara mejor para un mundo cada vez más complejo.
Un compromiso a largo plazo entre los miembros del personal para desarrollarse y apoyarse mutuamente profundiza el impacto positivo de una escuela en sus alumnos y su comunidad.
La educación de un niño se produce en medio de una asociación entre la escuela y la familia; una asociación sólida aumenta las probabilidades de éxito del niño a largo plazo.
El camino más claro para convertirse en una gran escuela es aprender de los grandes modelos.